En el barrio de
En ese momento me di cuenta que era un loco porque se vestía raro, caminaba raro, hablaba raro, etc.
Bueno, nadie más que yo sabía que él era un loco; nadie se daba cuenta hasta que me animé a preguntarle dónde vive. Él me contesto – “¿A mi me preguntas?
-“Si”, le dije
- “Yo no vivo”, respondió el loco.
No me asuste mucho, solo un poco, porque yo estaba dispuesta a preguntarle.
Fuimos a caminar un rato como si fuese mi tío. Le pregunté el nombre y no me respondió. Yo le dije: - “Yo me llamo Andrea”
Nos sentamos en un banco de una plaza y le dimos de comer a las palomas. Me hice amigo de él.
Todos los días después de ir al colé me va a buscar y vamos a pasear un rato
Autora: Ruth Acosta
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