En este espacio pudimos ejercitar aquello “de planificar”. Pensar actividades en un encuentro para nuestros compañeros.
Todos los viernes, elegidos por el voto grupal, algún compañero y compañera (como pareja pedagógica), rotativamente, asumían la coordinación y planificación de las actividades.
Una semana antes pensaban qué ofrecerle a sus compañeros a partir de algunas propuestas que el grupo había sugerido previamente y preparaban los materiales necesarios.
Así fue como a lo largo de los diferentes viernes que duró este espacio, nos animamos a cocinar, a inventar juegos, a tocar un poco de murga, a hacer un porque de arte y, sobre todo, a crea un espacio genuinamente JOVEN y participativo.
Todos los viernes, elegidos por el voto grupal, algún compañero y compañera (como pareja pedagógica), rotativamente, asumían la coordinación y planificación de las actividades.
Una semana antes pensaban qué ofrecerle a sus compañeros a partir de algunas propuestas que el grupo había sugerido previamente y preparaban los materiales necesarios.
Así fue como a lo largo de los diferentes viernes que duró este espacio, nos animamos a cocinar, a inventar juegos, a tocar un poco de murga, a hacer un porque de arte y, sobre todo, a crea un espacio genuinamente JOVEN y participativo.
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